Cada vez con mayor frecuencia, al hablar con amigos y conocidos, nos quedamos con una impresión de apatía, indiferencia, resignación, de que todo les da igual, que sencillamente están a “velas vir” como decimos los gallegos.

La postura descrita es nefasta, tanto a nivel individual como colectivo. Implica una admisión sumisa de todo lo que nos dicen o imponen, convertirnos en meros seres que simplemente vivimos un día tras otro.

Tratando de encontrar una explicación a esta postura, no se nos ocurre otra razón que el hastío de la población, que se ve impotente, ante tanta mentira y engaño con que tratan de engatusarnos una buena parte de nuestros políticos.

Como somos muy mal pensados, creemos que todo ello es consecuencia de la actuación de una persona cuya divisa es “yo soy yo”, (sustituta de la vieja “mando y ordeno porque soy capitán general con mando en plaza”)

¿Quién es esa persona? Suponemos que todos lo habrán adivinado, el inefable “cum fraude”, de quien desconocemos si sabe que está donde está para buscar el bien de los ciudadanos, o se cree que le ha tocado por unos años una amplia finca gratis para hacer en ella lo que quiera.

Indudablemente puede haber más explicaciones a su comportamiento. Recordemos que en un viaje a USA manifestó que quería traer Hollywood a nuestro país, lo que nos extrañó pues sería copiar del dictador, pero dado lo aficionado que es a sacarse fotos en la ventanilla del Falcón, quizás esté entrenando para en un futuro aspirar a galán de cine.

Hablando de fotos, estos días apareció en diversa prensa una foto de “cum fraude” en plan informal, y según las informaciones estaba en una videoconferencia con el presidente norteamericano en relación al tema ucraniano. Poco después se supo que el mandatario americano habló del tema con varios líderes europeos, pero que pasó olímpicamente de hacerlo con el nuestro. Eso evidencia como se nos considera, y más teniendo en cuenta que “cum fraude”, sin consultar con nadie, mandó un contingente militar a la zona de conflicto, antes incluso que unas potencias europeas anunciasen que lo enviarían. Además “llueve sobre mojado”, pues no es la primera vez que públicamente desprecia al presidente de nuestro desgobierno.

Como “yo soy yo” no aprende de sus errores, sigue metiéndose continuamente en problemas, contradiciéndose un día sí y otro también, lo que genera la creciente desconfianza de la población, que no se cree nada de lo que dice. A ello le acaba de ayudar su ex vicepresidente y ex jefe morado, diciendo públicamente “y ya no soy un político, puedo decir la verdad”, lo que implica que cuando lo era, no siempre la decía. Si el que fue segundo en la parodia del gobierno afirma tal cosa, poco podemos esperar.

Como muestra de su engreimiento, de que se considera por encima de los mortales, es su creciente afición a declarar todo lo que le atañe como secreto de estado. Es lógico, ¿quiénes somos los ciudadanos para pedirle cuentas de lo que hace? Hasta ahí podíamos llegar.

Para completarla está preparando una norma, para sin pasar por el Consejo de Seguridad Nacional ni el Congreso, le permita poder proceder, por decreto, a la requisa de bienes y prestaciones personales, cuando estime que existan situaciones que lo requieran. Ejemplo de democracia.

En definitiva, estamos en un sistema en el que el jefe proclama “yo soy yo” y hace lo que quiere porque manda y ordena, para lo que monta espectáculos circenses, miente todo lo que le conviene, y tiene comprados a unos paniaguados que en vez de informar verazmente lo adulan. ¿No les suena a dictadura?

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