Esa es una gran verdad, tarde o temprano todo tiene su fin, la historia nos lo enseña. Sin embargo, hay personas que actúan como si no fuese cierto. Allá ellas.
Nos referimos principalmente a muchos políticos, encabezados por nuestro no querido jefe, seguido por sus tampoco queridos servidores.
Parecen vivir en un país de jauja, donde la abundancia, prosperidad y felicidad son extremas. Para ellos no solo es posible, sino que apostamos que es realidad. Pero ¿y el resto de los ciudadanos? Nos tememos que piensan que debemos de permanecer sentados, mirando su forma de vivir y confiando en que haya un milagro y algún día nos podamos aproximar a ellos. La cuestión es que ahora ya no hay milagros ni en Fátima.
í¿Qué nos queda entonces? Muy simple, echarlos. Si, como lo leen. Por un método u otro. Naturalmente preferimos un método pacífico, pero si no nos dejan otra alternativa debemos de pensar en otros que a nosotros no nos gustan, pero si llegamos a utilizarlos será porque no nos han dejado otra alternativa.
Aparentemente ellos están tan tranquilos, parece que van por un camino de rosas. No sabemos si es consecuencia de su arrogancia o, de que tienen poco cerebro o de las dos cosas a la vez.
Mientras que los ingresos de los ciudadanos son los que son, ya nos han anunciado que va a subir la luz. No tiene importancia, al fin y al cabo, no es un bien básico y debemos comprender que las eléctricas deben ganar dinero, por algo en muchas de ellas está metido el gobierno.,
Hay que comprender que el desgobierno necesita dinero, mucho dinero, Tiene que pagarles buenos sueldos a sus políticos, asesores, empleados y demás chupatintas que muchos viven costa nuestra. Es lógico, no quiere que un día sí y otro también, suja algún descontento que aun desde la cárcel lo ponga en un aprieto. Ya tiene bastante con engañar a los ciudadanos, como para preocuparse de trifulcas internas.
Debemos entender que no siempre puede quitarse a alguien de en medio, por mucho que moleste, ascendiéndole ocho meses antes de lo que le correspondía. No siempre tiene esa suerte.
Sospechamos que el ascendido era una persona trabajadora y muy honesta en su trabajo, por eso sobraba. Lo ascienden indebidamente y todo arreglado. Como es de suponer se aseguraron de que su sustituto sea un fiel obediente.
De los encarcelados vale más no hablar. Dentro de poco va a resultar que nadie conocía a nadie, lo que nos permite suponer une consiguieron su puesto en el sorteo de una tómbola. Con un poco de suerte cualquier ciudadano podrá conseguir otro similar. El problema será para el jefe, ¿podré fiarme de él o no? Más claramente, ¿será un fiel vasallo o no?
Nuestro indigno jefe está luchando por todos los medios para mantenerse en el poder Donde antes dije negro ahora digo blanco, Si hay que ceder ante los que quieren destruir la nación, se cede. Si hay que ir del brazo de ex terroristas, se va. No se olviden de que, si “París bien vale una misa”, el curul bien vale cualquier desfachatez o traición.
En definitiva, queridos lectores, estamos en la peor etapa de nuestro país en muchos años, y lo peor y más grave es que está provocada por quienes están en el poder, con el único fin de mantenerse en el mismo. Los ciudadanos importamos un comino, somos menos que un cero a la izquierda.
No sabemos qué pasará, pero indudablemente nada bueno. Lo que sí podemos decir es que tenemos la conciencia tranquila, por falta de avisos no será.
No duden que por fin esto se acabará, Cada uno debe estar preparado para lo que le espera, en correspondencia con el comportamiento tenido.
