Ridículo es lo que están haciendo nuestros padres y madres de la Patria, perdón progenitores no gestantes y progenitores gestantes, con su excepcional jefe a la cabeza, el inigualable “cum fraude”.

Lo peor para nosotros no es eso, allá cada uno como quiere quedar, sino que consecuentemente están logrando que en el mundo nos apliquen tal calificativo al conjunto de ciudadanos, e incluso a nuestro país.

Sinceramente, y aunque nos pese, no es de extrañar. Si nuestro desgobierno participase en un concurso de chorradas, apostamos a que alcanzaría el primer premio.

Por de pronto ya ha logrado que internacionalmente se nos considere poco más que un cero a la izquierda. En reuniones con otros países nos dejan hablar, ¡no faltaba más!, pero se trasluce que aguantan pensando a ver si se callan de una vez y vamos a cosas serias.

Lo mismo pasa dentro de nuestras fronteras. ¿Qué hablan? Pues ni caso, total para las tonterías que nos dicen y las mentiras que nos cuentan para qué preocuparse. Les da exactamente igual todo, con tal de salir en las noticias.

Poco les importa que sus actuaciones, por su rareza o extravagancia provoquen risa, es decir, sean ridículas. Si las consideramos así la culpa es nuestra, porque no les entendemos. Por esta razón con frecuencia nos tratan como a niños, diciéndonos como tenemos que actuar aún en los temas más privados.

Nos aturden todos los días contándonos lo bien que hacen las cosas, como se desviven por nosotros, como vamos mejorando. Sin embargo, el CIS avisa de que la mitad de nuestras familias están en una situación límite; en concreto parece ser que el cincuenta y dos con tres por cien de los hogares afirman que están en una situación económica adversa, y tan solo el trece y medio por cien consideran que están mejor que hace seis meses. Estos datos dejan en ridículo al no gobierno, pues al ser dados por un organismo que controlan totalmente, no pueden aducir que son chismes de enemigos políticos.

Con frecuencia para evitar hacer el ridículo o que los dejen en evidencia, adoptan posturas cobardes. Tenemos como ejemplo lo ocurrido en el Congreso con motivo de la votación de la reforma de la ley del “Solo si es si”. Parece ser que solo siete titulares de carteras ministeriales asistieron, entre los que no se encontraba “cum fraude”. Esto, lo quieran enmascarar como quieran, no es más de una demostración de cobardía, es más, creemos que también es una manifestación de desprecio al Congreso. Se va a tratar de una norma que tantas polémicas ha ocasionado, que ha dado pie a enfrentamientos en el Gobierno, que ha tenido efectos contrarios a los buscados, que ha dañado, cuanto menos moralmente, a muchas personas que fueron víctimas, y el principal responsable de la misma no se digna asistir. ¡Ver para creer! Pero, es más, últimamente ya es normal que en las Comisiones de Control la bancada del Gobierno esté prácticamente vacía.

Creemos que nadie podrá dudar de que el panorama que tenemos por delante los españoles no es muy halagüeño, porque esta gente no ha dado en ningún momento muestras de que vaya a cambiar. Lo que está claro es que solo les preocupa mantener su status., para lo harán cualquier cosa. Toda ocurrencia, por ridícula y grotesca que sea, es válida si les conviene a sus intereses.

La última, mejor dicho, la penúltima pues en cada momento sueltan una nueva idiotez, es querer suprimir el Día del Padre; suponemos que les molesta que exista a las feministas, mejor dicho, a las falsas feministas de salón. ¿No hay más problemas en el país que la existencia de esa fiesta?

Deseémonos suerte.

Spread the love