Estamos inmersos en una paradoja. El perdedor de las recientes elecciones ha sido el vencedor. Parece una contradicción imposible, pero por desgracia es verdad, y lo lamentable es que los españoles pagaremos las consecuencias.
Según las urnas ningún partido logró la mayoría absoluta, pero sí hubo un claro vencedor, al que las demás fuerzas políticas no le van a dejar formar gobierno en solitario.
Antes de seguir aclaremos que opinamos que a las fuerzas políticas debían de guiarles lo que le conviene a la nación y a sus ciudadanos, no lo que les conviene a ellos, cosa que no hacen. Seamos conscientes, en estos momentos el pueblo es lo que menos les importa.
El partido más votado está como paralizado, ofreciendo acuerdos que sabe de antemano que no se los van a querer. ¿Para qué lo hace? Quizás para quedar como el bueno del tinglado, quizás para quedar bien cara a la galería, etc. No lo sabemos, pero en nuestra opinión tiene menos posibilidades de lograrlos que el que le toque el gordo de la lotería.
El segundo partido en votos, aunque perdedor, se presentó la noche del recuento, con la euforia propia de un vencedor. Hasta apareció en la tribuna una familiar de uno de sus líderes aplaudiendo y bailando, cosa que nunca habíamos visto. No nos extraña por otra parte, puesto que, en contra de las previsiones, tienen el gobierno en sus manos.
La situación es la que es, nos guste o no nos guste, y desde luego no nos gusta, porque creemos que nos encaminamos hacia el definitivo hundimiento de nuestro país. Es más, estimamos que, aunque deseamos equivocarnos, nos convertiremos en una república confederal, ya lo hemos advertido en otra ocasión, con nuestro territorio mermado.
Por de pronto, mostrando su gran preocupación por la situación, “cum fraude” se ha tomado unas bien merecidas vacaciones, como podemos hacer prácticamente todos los españoles. Lógicamente se ha ido en el falcón, que le pagamos el pueblo, para dar ejemplo de transporte mínimamente contaminante.
Mientras tanto asistimos a opiniones políticas de todos los gustos. Sin embargo, para nosotros lo que va a pasar está, por desgracia, muy claro. Nos gustaría estar en un error, pero creemos, aunque nos duela por España, que no lo estamos.
“Cum fraude” se va a aliar con todas las fuerzas posibles, dándoles todo lo que le pidan, con tal seguir estando donde está. Da igual que sean herederos de terroristas, separatistas, golpistas, etc., el caso es tener el poder, aunque sea tan solo nominalmente.
Es más, opinamos que él figurará, pero que el verdadero presidente del gobierno, en la sombra, va a ser un traidor que intentó destruir España y cuando la cosa le salió mal, en vez de dar la cara con valentía y dignidad, afrontar lo que había hecho, le faltó el tiempo para huir cobardemente. Este será el que verdaderamente mande. Aunque por lo de ahora tiene problemas con la justicia. ya se arreglará todo; para algo se pueden modificar leyes y conceder amnistías, y ¿de quién depende todo ello?
Españoles estamos en camino de desaparecer, de pasar a la historia como nación que fue, es la triste realidad. Fuimos un ejemplo en el mundo, en el que se miraban todos los pueblos, pero vamos a no ser nada, una esquina en Europa en la que nadie tendrá en cuenta para nada.
¿A quién debemos agradecer todo ello? Principalmente a una persona que solo piensa en sí mismo, en su mayor gloria, sea a costa de lo que sea, pues estima que el pueblo solo está para callar y obedecer.
