Efectivamente, esto es lo único que se nos ocurre decir, cuando observamos lo que pasa, cada día más, en nuestro país.

Si analizamos las actuaciones de nuestros políticos, empezando por la del jefe supremo, (que contento se pondrá si se entera que reconocemos su posición) no podemos llegar a otra conclusión racional.

Todos hemos oído decir, y con frecuencia hemos empleado la expresión “le queda grande”, para referirnos a una persona que no tiene la capacidad y aptitud requeridas para ejercer un cargo o un oficio.

Ello no supondría un problema, excepto para los interesados pues alardearían de lo que no son, haciendo el ridículo, pero allá ellos. A las demás personas nos traería sin cuidado.

A quienes si supone un problema que a los políticos les queden grandes sus puestos es a nosotros, los ciudadanos de a pie.

La razón es doble, como veremos.

En primer lugar, tenemos que aguantar su arrogancia, que es consecuencia de, como hemos dicho, alardear de lo que no son. Esto podemos solventarlo siguiendo el viejo dicho que asegura “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio”·.

En segundo lugar, y aquí sí radica el problema para nosotros, tenemos que sufrir las consecuencias de su incapacidad, pues somos los que aguantamos sus consecuencias.

Prueba de lo que decimos es lo que recientemente está ocurriendo en nuestro país. ¡lo nunca visto!, ¡lo nunca esperado!, pero dolorosas realidades. Encima nos tratan como a tontos, pues salen muy tiesos a darnos explicaciones, por ejemplo, en el Congreso, que ni ellos mismos se creen. Promesas si, esas sobran, pero ya saben que si no se cumplan es que se ha cambiado de opinión, naturalmente pensando en nuestro bien. Quien opine lo contrario solo es un indeseable que está nadando en el fango

Tenemos un ejemplo. Cuando hubo un apagón en Austria, la presidenta de la Red Eléctrica Española aseguró en la televisión que. “en España tenemos un sistema eléctrico, yo diría que el mejor del mundo, y no es falso patriotismo. El sistema eléctrico español es de los más seguros, de los más evolucionados, y de los que tienen unos componentes más avanzados, y por tanto yo lo primero que diría a todo el mundo es tranquilo, que no cambien sus hábitos de vida, que en España no puede pasar. Tenemos además muchísimas tecnologías distintas para poder garantizar el suministro eléctrico. No dependemos de una sola tecnología. cuanto más diversificado, más seguro y más difícil que se produzca una incidencia” Tomen nota.

Los españoles, perdón “cum fraude” acabamos de regalar trescientos cuarenta millones de euros (suponemos que nos sobran), al reino alauita, para que construya una planta desaladora ¡Que buenos somos! Tenemos un jefe que hace regalos a nuestra costa y tan contentos.

En estas circunstancias no nos debe extrañar que desde el extranjero nos miren con recelo y desconfianza. Se han percatado de que a nuestros jefes les quedan grandes los puestos, por lo que no se fían de ellos, que solo están ahí buscando su provecho personal, que practican el “donde dije digo, digo Diego La consecuencia lógica es que hace más de dos años que un mandatario extranjero no visita nuestro país. ¿Para qué? ¿Para qué unos ineptos traten de engañarlos?

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