Sí, estamos esperando el que va a ser un gran día para España, en un sentido u otro. Esperemos que, en sentido positivo, pero hasta que se cierren las urnas y se cuenten los votos, todo está en el aire.

Mientras llega ese día, se nos ocurre hacer unas reflexiones sobre lo que puede ocurrir según los resultados; no pretendemos ser adivinos, simplemente pensar un poco sobre cuál puede ser nuestro futuro. Si nos equivocamos para mal, nos alegraremos.

Tenemos dos bloques encabezados por dos partidos que, si bien con frecuencia menosprecian a los que podríamos llamar, con todo nuestro respeto, flecos añadidos, creemos que en verdad están encantados con ellos, porque son votos que le restan, al contrario.

Por una parte, está el bloque de la derecha. Ciertamente su principal cabeza tuvo que aguantar en el primer debate, lo que podríamos calificar como arrogancia y mala educación del contrario, pero cometió el gran error de no asistir al segundo. ¿Tuvo miedo o lo hizo para ver si así quemaban al que asistía? Cualquiera de las dos razones que se nos ocurren son malas. Un político debe de saber dar la cara, máxime cuando las cosas están difíciles, de lo contrario poco se puede esperar de él, tan solo que juegue al gato y al ratón con nosotros.

La cuestión se complica si tenemos en cuenta que ese partido ha votado a favor de leyes que ahora critica, y ha aprobado normas similares en varios territorios que ha podido.

Frente al anterior tenemos al bloque de la izquierda. Llevan cuatro años en el poder y ¿qué nos han traído? Creemos que nada bueno, excepto para ellos mismos. Mucha “palabrería barata” pero nada más. Nos recuerdan la propaganda de la Carnicería Francesa (perdón Revolución). No lo dicen, pero se intuye que cambiaron el lema de “libertad, igualdad, fraternidad”, por el de “sumisión, clasismo, enfrentamiento”.

Durante el tiempo que llevan en el poder, hemos asistido a una continua ignorancia y salto de normas, incluso alguna muy importante, cuando les ha convenido Tratan de controlar todo lo que hacemos, pero eso si, por nuestro bien no lo dudemos. En definitiva, seamos” sumisos” que ellos saben muy bien lo que nos conviene y nos lo darán.

Se ha instaurado un “clasismo” alarmante. Los que tanto pregonaban, antes de ocupar un puesto, sobre cómo vivir, parece ser que lo han olvidado, pues ahora ellos viven como nuevos ricos, que en verdad es lo que son muchos. Como hoy es hoy y mañana quien sabe, “que me quiten lo bailado”

Han provocado también un” enfrentamiento” latente entre los ciudadanos, a base de favorecer en unas cosas a unos perjudicando en otras a otros. Todo según les convenga a ellos con el único objetivo de mantenerse en el poder. Mientras la gente discuta entre sí, a ellos los dejan tranquilos.

Esta es la situación que por desgracia tenemos. ¿Quiénes son menos malos? Es difícil de decir. Después de contados los votos podremos hacer una hipótesis de lo que se nos avecina, teniendo siempre en cuenta que, por intereses puramente partidistas, es posible que se produzcan las alianzas o cesiones más inimaginables si aplicamos la lógica y el sentido común.

En definitiva, seguramente pasará lo que ya es habitual, muy buenas palabras e intenciones por todas partes, pero los que acabaremos “pagando el pato” seremos el pueblo. Lo único que nos falta es que nos digan que para algo estamos, pero no les demos ideas.

Pobre España, quien te ha visto y quién te ve.

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