El nuevo y, tan solo desde hace unos días, flamante gobierno, tiene tintes singulares respecto de los anteriores.
En primer lugar, es el único que ha llegado al poder, si bien legalmente, pero por casualidad, o mejor dicho, por equivocación de los que estaban en él.
Lógicamente tiene todo el derecho a gobernar, nadie lo discute, pero a hacerlo por el bien del país, anteponiendo esto último a sus propios intereses como partido.
Dado que cuando estaba en la oposición, una de sus ocupaciones favoritas era sacar a relucir, repetida y machaconamente, las marrullerías y trapos sucios del partido gobernante, a lo que tenía todo el derecho, debe tener en cuenta el viejo dicho de que “por la boca muere el pez”
Ya se ha apuntado un primer tanto, ha tenido el ministro más breve de la historia de nuestro país. Podrán decir que la dimisión del susodicho fue un ejemplo, en lo que difiero, el ejemplo hubiese sido no darle la oportunidad de irse, si no cesarlo en cuanto se descubrió el tinglado. Eso sería coherencia con lo que pregonan. Hay otro ministro actualmente imputado. ¿Se acuerdan de aquello de que “no abriría despachos ministeriales a imputados”? La primera en la frente.
Otro tema es el de los curriculums. Por las informaciones aparecidas en la prensa, más de un miembro del gabinete, empezando por su presidente, ha tenido “deslices” en el suyo, y por lo que parece, hasta que llegaron al sillón no se dieron cuenta. Tenemos un puesto de trabajo en un organismo internacional, con nombre muy rimbombante, que nunca existió. Más de un máster que o bien nunca lo fue, o se quedó en un simple diploma con una denominación bastante menos llamativa.
El falseamiento de los curriculums, aparte de inmoral, y me produce lástima, pues creo que no es más que querer aparentar lo que no se es, en definitiva, un reflejo de un complejo de inferioridad.
Por cierto, el televisivo gobierno ya ha empezado a pagar peajes, y lo que nos espera, según todos los pronósticos, a no ser que lo blanco se vuelva negro.
Le ha faltado tiempo para levantar el control de gastos a la Generalitat, que ya no precisará de autorización previa para realizarlos, aunque dicen que los comprobaran con posterioridad. Sinceramente si yo fuese uno de los dirigentes separatistas, me reiría de esta medida, pues en el caso de que, por casualidad, algún día el gobierno se enterase del verdadero empleo del dinero de todos, con irme a cualquier país europeo, problema solucionado.
Políticos independentistas catalanes ya han advertido que para retomar el diálogo sería conveniente acercar a Cataluña a los políticos presos, lo que la ministra responsable del área ve con buenos ojos. Más suerte ya han tenido los vascos, a los que el gobierno ya les ha ofrecido un acercamiento de presos, un estatuto soberanista y más competencias. Hay que pagar los favores, aunque les creen problemas, pues en el ejecutivo, no se ponen de acuerdo sobre quien tiene la competencia para adoptar tal medida.
Este gobierno, cuidadoso de la galería, ya ha cometido errores elementales de cortesía. La ministra de Defensa tenía acordada una charla protocolaria con la alta cúpula militar, una vez acabado el acto de toma de posesión. Sin embargo desapareció y mandó a un mensajero a explicar a los mandos que tenía mucho trabajo, pero sin precisarles que consistía en entrevistas en la tele. Ejemplar. El acogimiento de los refugiados del Aquarius es un innegable acto de humanidad, pero debía ir acompañado de un serio plante ante Europa, exigiendo soluciones en el origen, la única forma para solucionar ese problema que de lo contrario, cada vez será mayor, y mientras haya quien lo solucione…. Acuérdense del refrán chino “si quieres ayudar a un amigo hambriento no le des un pez, enséñale a pescar
