El enunciado de esta reflexión se corresponde con el título de una película alemana de hace casi cien años, pero nos viene muy a propósito, porque en nuestro país se ha descubierto un trio que se dedicaban conjuntamente a ciertas actividades que al parecer no eran muy lícitas.

Los tres encartados, confiados en que nuestro desgobierno siempre mira adonde no debe, en vez de mirar por el bien de los ciudadanos, operaron a sus anchas todo lo que quisieron, hasta que se pasaron demasiado. Aun así, se muestran bastante tranquilos, parecen confiados en que al final alguien les ayudará a salir del lío en el que están metidos

Son seguidores del viejo dicho “Dios de un amigo, aunque sea en el infierno”, y ellos creen que lo encontrarán en el infierno que es la situación política actual en nuestra nación.

En cualquier caso, quizás hasta debamos estarles agradecidos, pues uno de ellos nos ha demostrado la gran utilidad de las bragas de las mujeres (con todo nuestro respeto hacia las féminas).

A veces creemos, sin duda llevados por nuestra ingenuidad, que lo que hacen los

que nos mandan tiene por fundamento que vivamos tranquilos. Con tanto lío como hay, ¿para qué preocuparnos? Ya lo arreglarán por la cuenta que les tiene.

Por ejemplo, la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales pide al Tribunal Supremo que condene a seis años de cárcel y doce de inhabilitación absoluta al fiscal general del Estado. Ocurra lo que ocurra, nosotros vamos a seguir viviendo igual. Pues a callar y a vivir.

Una prueba de lo bien que vivimos es que los policías nacionales asignados a la próxima cumbre de la OTAN en la capital andaluza, tendrán que adelantar mil euros de su bolsillo para sufragar su manutención. Es lógico que lo hagan, ya se los devolverán. Comprendan que ante todo es que “cum fraude” pase por una sesión previa de maquillaje, que pagamos todos, cada vez que aparece en público.

Hace unos días camiones de mudanza se han llevado gran cantidad de cajas, cuidadosamente precintadas, de la sede del partido del desgobierno y de tres organismos oficiales. Además, la UCO ha registrado los edificios. ¿Qué pasa? Indudablemente tiene que ser algo muy grave para que la central policial tome tales medidas. O van sobre seguro, o tienen sospechas muy fundadas de actividades irregulares. Suponemos que en los próximos días sabremos lo que pasa, pero desde luego no será nada bueno para los ciudadanos.

¿Qué va a pasar en nuestro país? ¿Dimitirá “cum fraude”?  ¿Lo echaremos? Aunque con tal de que desaparezca del mapa, nos da igual el procedimiento. De todos modos, vamos a hacer un ensayo de cómo podrían transcurrir los acontecimientos. Si alguien lo quiere poner en práctica no nos arrogaremos el derecho de autor.

Es público y notorio que él hasta ahora jefe nuestro tiene serios problemas con la Unión Europea, además de con otros países, por el porcentaje del presupuesto que está dispuesto a destinar a gastos de defensa. Contempla una cantidad bastante inferior a la que le piden.

Si es listo, y para lo que le conviene ha demostrado que lo es, tiene la solución en su mano para quedar bien con todos, cosa que le encanta. Es muy sencillo, no dimitir, irse por las bravas.

Ante el mundo quedará como una víctima de las circunstancias, y al pueblo español podrá vendernos que prefiere desaparecer antes de dedicar a gasto militar dinero que considera imprescindible para fomentar nuestro desarrollo. “Cum fraude” te damos una solución. El viaje a la República Dominicana en el falcón te lo pagaremos nosotros, y quedarás como víctima. ¿Qué más quieres?

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