Cuando una actividad la ejerce exclusivamente una persona, física o jurídica, hablamos de monopolio, si son dos, de duopolio, si son varias pero en número reducido, de oligopolio.

Nosotros, con el permiso de la Real Academia, vamos a acuñar una nueva palabra, relacionada con las anteriores, que quizás en un futuro no muy lejano, si las cosas siguen así, se vea en la necesidad de introducirla en su vocabulario. Se trata de amigopolio.

¿Les extraña? Tratamos de dar un nombre a una situación en que una determinada actividad la realizan en exclusiva, un grupo reducido de colegas, familiares, allegados, etc.

Naturalmente en sus actuaciones barren para su casa. Son fieles seguidores de aquellos versos de Luis de Góngora “ande yo caliente y ríase la gente”, aunque seguramente la mayor parte no saben quién es el autor, pero en acomodarse a  ellos son maestros.

Si contemplamos el panorama político de nuestro país y nos preguntamos cómo se ejerce el poder, solo tenemos una respuesta, en régimen de amigopolio.

Efectivamente, empezando por los morados nos encontramos con una pareja de ministros, circunstancia que nunca había ocurrido en nuestro país y creemos, no lo podemos asegurar, tampoco en otro lugar del mundo. Pero ahí los tienen, tan tranquilos. ¿Se imaginan lo que hubiera pasado si ellos están en la oposición y los dos miembros de una pareja, de cualquier partido, ocupan sendos ministerios?  Muy sencillo, que todos los días desayunaríamos, comeríamos y cenaríamos, con las consecuentes y justificadas acusaciones de nepotismo; nos lo restregarían diariamente como una muestra de podredumbre del país.

Siguiendo con los mismos, les reconocemos una habilidad especial para colocar en puestos y chiringuitos, bien pagados, a sus compadres. Así todo queda en la casa común.

No se quedan atrás los colorados, sus compañeros de fatigas, ¡ojo!, para causárselas a los ciudadanos, que nunca habían tenido que soportar la desfachatez que ahora aguantan y encima tenerles que estar agradecidos, como pretenden todos los días.

Quizás debiéramos estarlo si fuésemos como ellos, que desconocen lo que significa la palabra ética. En tal caso podríamos copiar su comportamiento, pues nos indican el camino a seguir. Por ejemplo, si usted es familiar de alguno de ellos, fácilmente podrá llegar a dirigir una cátedra universitaria aunque no sea ni licenciado. ¡Ver para creer!

Podríamos poner muchos ejemplos de lo que estamos diciendo, pero no creemos que haga falta, todo el mundo los conoce y sabe muy bien que desde hace un tiempo nuestro país está en manos de un pequeño grupo de gente que manejan el poder en beneficio propio. Prueba de ello es el enchufismo que impera en todos  los ámbitos.

Lo expuesto es lo que nos lleva a afirmar que estamos en amigopolio, el control de país lo ejerce un reducido grupo de personas, que no tienen como objetivo la mejora del mismo, sino simplemente mantenerse en el poder a consta de lo que sea, para lo cual forman un círculo en el que solo entran sus allegados, a los que rocían de prebendas que nunca habían soñado, para que sean fieles, pues saben que de lo contrario se les acaba el chupe, y muchos de ellos, por sus propios méritos, en la vida llegarían a estar donde están ni vivir como viven. Pero como apuntamos anteriormente ¡ande yo caliente y ríase la gente!

Nos controla un amigopolio, y a quien no le guste, que trague.

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