Así es como va nuestro querido país (para la mayoría, pero no para todos). Cada día es más evidente. Somos como un barco cuyo capitán “no sabe de la misa la media”, en cuanto a su oficio, pero que sin embargo disfruta ampliamente, sin dudarlo, de todas las sinecuras que el mismo puede proporcionarle. En esto no pierde baza.

Las consecuencias son lógicas y previsibles, nunca llegaremos a buen puerto, si es que por casualidad llegamos a alguno.

La posible pérdida de España en la mar océana se la deberemos a nuestro capitán, “cum fraude”, que haciendo continuamente honor al sobrenombre por el que es conocido, nos demuestra un día sí y otro también, que no tiene un rumbo fijo, que solo se preocupa de bandear los oleajes, desde un cómodo sillón en su lujosa cabina de mando.

Pruebas de lo que decimos las tenemos prácticamente todos los días, lo cual tiene sus ventajas, pues ya estamos acostumbrados a sus “salidas de tiesto” que, por lo ahora, nos las tomamos con paciencia. En plan de colaborar le advertimos noblemente que esta última se nos está agotando, y si llega a su fin, no se queje de las consecuencias.

El último gran bandazo con que nos ha sorprendido, por el tema en sí, y por lo imprevisible que era, es el acuerdo que le ha regalado a Marruecos sobre el Sáhara. Hay resoluciones internacionales sobre el tema, a las que nuestro país está suscrito, pero de buenas a primeras, “pasándose por el forro” los convenios vigentes, sin contar con el Congreso ni el Consejo de Ministros, firma un acuerdo con el citado país por el que le regala dicho territorio.

Hace poco tuvimos un problema con Marruecos por acoger clandestinamente a cierta persona que goza de las simpatías de Argelia. Ahora lo tenemos con esta por regalarle el territorio en cuestión al primero. ¿Cuál será el próximo bandazo?

Lo que hace más triste el tinglado es que si España saca algo del mismo solo serán problemas. Argelia nos suministra el cuarenta por cien del gas que consumimos, ¿lo seguirá haciendo? Por otro lado, no sabemos que Marruecos se haya comprometido a frenar la inmigración ilegal desde su territorio a Ceuta y Melilla, ni a dejar de reivindicar estas ciudades, ni tan siquiera las aguas territoriales de las Islas Canarias, ni las propias islas. Entonces ¿qué ha hecho España?, sencillamente “el canelo”.

En plano interno las cosas podían ir peor, y nos tememos que lo consigamos. Ya van lo suficientemente mal, pero por el camino que nos llevan solo llegaremos al desastre, aunque claro está la culpa será de la guerra de Ucrania.

Nuestro desgobierno se ha enfrentado, mejor dicho, ha asistido impasible a múltiples manifestaciones, protestas, paros, etc., en todo el territorio nacional, por los precios de los combustibles, pero estemos tranquilos, no son más que maniobras de la ultraderecha para desprestigiarlo creando problemas.

Ante todo cuidemos el medio ambiente. Desechemos los coches tradicionales y sustituyámoslos por otros eléctricos, y el que no tenga dinero para comprarse uno, que vaya en bicicleta, que es muy sano para la salud. Comprendan que ya contamina bastante, porque no le queda otro remedio, “cum fraude” con su jet.

Seamos comedidos en todo, y hagámosle caso al ministro de Consumo, nada de carnes, alimentos dulces y bebidas gaseosas. Si quieren tomar algo de esto u otras cosas que por un lado nos desaconsejan, y sobre todo si tienen dinero suficiente, pásense por la cafetería del Ministerio de Trabajo y podrán saciarse.

Lo único que nos puede consolar, queridos compatriotas, es que aguantando todo lo que aguantamos, nos estamos ganando el Cielo.

Spread the love