En este mes efectivamente comienza, pero para todos. no solo para los parvulitos, sino también para los estudiantes medios y superiores. Ahora bien, también empieza para nuestros políticos.

Lo extraño del caso es que hay gente que parece no haber pasado por los cursos inferiores, y así les va en sus actuaciones.

Por ejemplo, a los parvulitos se les suele enseñar, entre otras cosas, a no mentir, a ser siempre nobles y dar la cara. Al menos eso era así en otros tiempos.

Esto nos hace pensar que muchos políticos no asistieron al parvulario, pues ser sinceros, nobles y coherentes no saben lo que es. Entonces ¿cómo es posible que hiciesen estudios más superiores? Esta es una de las muchas incógnitas que rodean a nuestros jefes. Suponemos que habrán amañado las cosas, en lo cual son maestros indiscutibles.

Casi todos presumen de un currículo impresionante. En algunos casos no nos explicamos como han tenido tiempo para hacer algo en la vida, además de estudiar. Claro que, si tenemos en cuenta lo que se está descubriendo sobre la formación de nuestros políticos, la cuestión es evidente, de estudiar nada, de vivir por la cara mucho.

Cada vez aparecen más políticos con currículos falseados, atribuyéndose títulos, a veces de lo más extraño, de los que airean con toda tranquilidad. Quizás simplemente están imitando a su jefe “cum fraude” que, si bien su título es cierto, la manera de conseguirlo, según todas las noticias aparecidas, fue de lo más vergonzoso.

A la vista de lo expuesto, mucho nos tememos sobre lo que vayan a hacer en este curso que comienzan.

Por de pronto, mentir. Seguirán haciéndolo descaradamente, lo que nos lleva a no creer en nada de lo que nos dicen. Es cierto que ya estamos acostumbrados a ello, pero también lo es que cada vez lo hacen con más tranquilidad y en asuntos que cada vez nos ponen más entre la espada y la pared. Pensarán que, si hemos aguantado hasta ahora, seguiremos igual. Les advertimos que tengan ojo, que todo tiene un límite, no vayan a tener que lamentarse, pues ya sería tarde.

Acompañando a lo dicho van los engaños. Todavía no se han enterado que no somos tontos, muy pacientes sí, pero que no comulgamos con ruedas de molino. Ahora nos enteramos que dos millones y medio de kilos de ayuda a las víctimas de la DANA han desaparecido. ¿Cómo es posible?, ¿Se han evaporado? No tenemos más remedio que suponer que alguno o algunos se han apoderado de la citada ayuda, y que lógicamente no aparecerá. ¿Qué nos dice el no gobierno sobre el asunto? Nada

Silencio absoluto.

Nos enteramos de que la hacienda catalana va a tener acceso a los datos fiscales de todos los españoles. ¿A cuento de qué? Ya existe una hacienda estatal que tiene ese derecho ¿Por qué no nos explican la razón de tal privilegio? Seguramente pensarán que el que calla otorga, y como aquí nunca ocurre nada, somos unos corderitos, a vivir que son dos días.

La conclusión que sacamos es obvia, empiezan mal el curso y lo acabarán peor. Las mentiras, cuentos y engaños siguen siendo su pan de cada día.

La desgracia que tenemos los españoles es que, si nuestros políticos acaban, peor el curso, nosotros loa terminaremos de manera desastrosa.

Ciertamente ya estamos acostumbrados a ello, pero también, estamos cansados de advertirles de que no se confíen, que el día que menos lo piensen tendrán que rendir cuentas ante el pueblo de todo lo que han hecho. ¿Qué pasará? El que avisa no es traidor.

Spread the love