Queridos compatriotas eso es lo que tenemos que hacer, según nos dicen, si queremos ser buenos ciudadanos y que el gobierno se sienta orgulloso de nosotros.
Lo cierto es que, hablando con exactitud, no nos lo dicen, sino que nos lo imponen. Quien esté de acuerdo, bien, el que no, que trague.
El año empieza con novedades fiscales. El salario mínimo interprofesional tributará por el IRPF, lo que es una novedad en nuestro país. Parece ser que la nueva norma ha provocado enfrentamientos entre dos ministras, pero ha ganado la que quería más dinero. No sabemos que táctica o razonamientos ha empleado, aunque suponemos que se habrá agarrado a que, si todos los españoles somos iguales, todos debemos pagar los mismos tributos.
En principio nos parece lógico, pero tenemos una objeción que hacer. Si todos pagamos tributos, todos debemos beneficiarnos de los mismos, y aquí está el problema. Parece que el actual no gobierno sigue la teoría de una ex ministra, que afirmaba que “el dinero público no es de nadie”. Eso nos da a entender que se puede gastar en lo que se quiera, porque si no es de nadie, no hay que rendir cuentas a nadie.
Si analizamos un poco los gastos de “cum fraude” y su cuadrilla, tenemos cierto temor a que nos dividan e los ciudadanos en dos grupos, lo que pagan y los que se aprovechan de esos pagos.
No queda ahí la cosa. Cerca de novecientos mil trabajadores autónomos, que ya lo eran hace dos años, verán incrementada su cuota a pagar en el presente ejercicio. Solo se salvarán del nuevo pago los que ganen menos de una determinada cantidad al mes, lo que implica la penalización de los ingresos y en consecuencia el incremento de la actividad laboral, para obtener, en definitiva, los mismos resultados monetarios.
Nos preguntamos a donde irán los nuevos ingresos que tendrá el Estado. La respuesta es muy sencilla, a donde digan los que mandan. Por ejemplo, según parece se han dado setecientos cincuenta millones de euros al reino alauita para sus trenes. Eso debería extrañarnos dado que la red ferroviaria española tiene muchos problemas y carencias, pero el que manda, manda y vive muy tranquilo si el dinero gastado no es suyo.
Para que nosotros vivamos tranquilos, el no gobierno ha ideado un “Plan de acción por la democracia” que nos costará casi ocho millones de euros durante el presente año. Según parece su objetivo es potenciar los valores democráticos en nuestro país y combatir la desinformación. No nos podemos quejar, se gastarán nuestro dinero en potenciar nuestra democratización y en que no nos engañen. Tenemos que estarles agradecidos. Sin embargo, nosotros pensamos que hay un método más sencillo para lograr esos objetivos. Es muy simple, que se vayan todos de una vez y dejen de chupar nuestro dinero y marearnos.
En vez de preocuparse en todas esas historias, deberían hacer algo para que nuestro país deje de liderar la tasa de paro de la UE, que afecta principalmente a los jóvenes. El ejemplo que les están dando a estos es desastroso. En concreto, subida de impuestos para pagar gastos sin sentido y hacer regalos a amigos. Tomen nota.
La conclusión a la que llegamos es evidente, pero muy triste Los que para desgracia nuestra nos mandan, saben muy bien, y no tienen inconveniente alguno, en hacerse con nuestro dinero, pero a la hora de gastarlo parece que no existimos. Por lo que se ve, tienen cosas más importantes de que ocuparse, como son lucirse, contar mentiras y quedar bien con sus amigos.
