La mayor parte de los españoles nos preguntamos qué es lo que de verdad pasa en nuestro país. Decimos la mayor parte porque indudablemente hay personas a las que le traen absolutamente sin cuidado lo que ocurra; con tal de ellos vivir bien, que cada uno se arregle como pueda. Lógicamente lo último nunca lo dicen en público, pero por su manera de actuar, no dudamos de que es así.

Por lo dicho nos tiene intrigados el trasfondo de las actuaciones de la gran mayoría de nuestros políticos.

Llegan a acuerdos, atribuyéndose cada uno el mérito en exclusiva, pero el mismo día en que lo hacen surgen voces más o menos discordantes, eso sí con sus mejores intenciones, que lo único que hace es que los ciudadanos cada vez entendamos menos lo que pasa.

Tenemos, sin ir más lejos, el recientemente firmado pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial, que ha salido adelante después de más de cinco años y medio de negociaciones. Parece ser que este acuerdo es muy parecido al que una de las partes rechazó hace casi do años. Lo único que tenemos claro es que ninguna de las partes nos ha dicho la verdad sobre el trasfondo de la cuestión. ¿Qué han negociado de verdad?, ¿qué compensaciones mutuas va a haber? ¿Por qué según dicen se firmó en marzo y no se ha hecho público hasta ahora?  

En definitiva, los ciudadanos seguimos estando en la inopia. Unos nos dice esto, otros lo de más allá, todos echan la culpa de los problemas al contrario y nosotros seguimos aguantando como espectadores de un circo de guiñol.

No solo eso. Por ejemplo, se ha hecho público que parece ser que el no gobierno ha adjudicado en la actual legislatura contratos por un importe superior a los cinco mil millones de euros, sin las debidas garantías, es decir, con opacidad, sin publicidad, sin transparencia.

Nosotros nos preguntamos, ¿porqué actúa así? Si todo lo que ha hecho es legal, no tiene porque esconderlo. Ello nos induce a pensar “que aquí hay gato encerrado”, y como no es solo una vez, sino que ya son muchas, no podemos menos que sospechar que aquí pasa algo, que hay un trasfondo del que no quieren que nos enteremos.

Queridos compatriotas ¡despertemos de una vez!, no seamos ilusos. La verdad tenemos que desentrañarla nosotros mismos, nadie nos va a ayudar, y si lo hace es con la vista puesta en un nuevo engaño.

Pueden opinar que nos ponemos como víctimas, y no es que nos pongamos, es que los somos. Teóricamente todos se desviven por nosotros, pero en la práctica lo hacen por ellos mismo; no somos más que una masa a la que hay que manejar adecuadamente. De vez en cuando nos dejan protestar algo, pero hasta de eso se aprovechan para así presumir de la libertad envidiable en que teóricamente vivimos gracias a ellos.

En definitiva, creemos que somos uno de los pueblos peor tratados del mundo por sus dirigentes.

Hay países en los que rige una verdadera democracia y libertad. Los dirigentes son los primeros en cumplir las leyes, y todos los ciudadanos son realmente iguales ante la ley Hay otros en los que descaradamente los gobernantes hacen lo que quieren, pero al menos no lo ocultan. Nuestro país pertenece a una tercera categoría, la de los borregos.

No se trata de ofender a nadie, sino simplemente de decir la verdad, aunque nos duela. Nosotros, que lo decimos, somos los primeros dolidos. Los gerifaltes deben de creerse que tratan con gente que es tonta, que no se da cuenta de que la verdad rara vez resplandece y que con ayuditas o subvenciones nos conformamos.

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