Reconozcamos que nuestro país es excepcional, no solo por lo que pasa en él, sino también por las actuaciones de quienes lo dirigen. Ya lo dijo hace años un ministro del antiguo régimen, “España es diferente”, y lo que son las cosas de la vida, los actuales dirigentes, pese a ser políticamente totalmente contrarios a él, le están dando la razón.

Raro es el día que no nos encontramos con una noticia curiosa y, lo que es más chocante, contradictoria.

La situación nos lleva a pensar que estamos en manos de unos equilibristas, que se divierten a costa nuestra haciendo juegos malabares, para tenernos distraídos y así no nos preocupemos por lo que hacen.

Les advertimos que se equivocan totalmente, hace tiempo que llevamos diciéndoselo, pero ellos ni caso. Si algún día ocurre algo, tendrán la cara dura de mostrarse sorprendidos. ¿Qué ha pasado?, ¿Por qué? Simplemente que nos cansamos del circo.

Pueden estar seguros, no vamos a seguir admitiendo el “vale más mal conocido que bueno por conocer”

Naturalmente hay un equilibrista jefe, primera figura o principal, y toda una manada de subalternos, cada uno en su correspondiente escalón, que entre otras cosas se dedican a adorar al líder, cosa que es lo que más desea este.

En las elecciones gallegas se ha llevado un batacazo de los que hacen época, pero él tranquilo, bien amarrado a su sillón, a ver lo que pasa.

La mesa del parlamento catalán admite a trámite una iniciativa de un partido, pidiendo que se declare la independencia de la comunidad. “Cum fraude” callado. En otra nación su equivalente habría salido inmediatamente al paso y les hubiese aclarado las ideas a quienes lo propusieron. Aquí nada, con tal de que no me ataquen directamente que hagan lo que quieran.

Debemos comprender que bastante tiene que aguantar con hacer oídos sordos, aunque sea incumpliendo la ley, a las múltiples peticiones de que aclare a los españoles, cuánto dinero de los mismos se gasta en sus viajes, en sus principescas vacaciones, cómo enmascara viajes políticos privados en viajes oficiales, quiénes son los afortunados que le acompañan en los mismos, etc.

En cualquier caso, hay que comprender que no todo son triquiñuelas, está muy ocupado con hacerle la pelota al rey marroquí. De ahí todos los regalos que le ha hecho, los que sabemos y los que posiblemente no sabemos. ¿A cambio de qué? Pues de que le aclaren que consideran a Ceuta y Melilla como territorio marroquí, prueba de ello es que los moros no admitiesen establecer aduanas en ambas ciudades como pretendía.

Nos preguntamos una cosa. Si a los marroquíes se les ocurre invadir una isla española, como hicieron hace tiempo con la de Perejil, ¿qué pasará? En aquella ocasión el gobierno lanzó a los pocos días una operación militar que, sin disparar un solo tiro, echó a los gendarmes marroquíes que habían tomado posesión de la misma. ¿Se imaginan lo que pasará si nuestros vecinos repiten su hazaña? Nosotros apostamos porque nuestro gran dirigente no hará nada. Como mucho calificará el acto como desleal, pero de ahí no pasará. Encima nos venderá un favor, de que no quiere, bajo ningún concepto, exponer a unos españoles a una posible muerte, aún por defender su Patria. Sería muy distinto al reciente “fallecimiento” de dos guardias civiles, de los que por cierto parece no haberse enterado.

Desde luego hay que reconocerle que es un buen equilibrista, pero que no olvide que “cuanto más alto, más dura será la caída”. Luego que no le eche la culpa a nadie, salvo a sí mismo.

Spread the love