O la mayoría de los españoles somos muy burros (con perdón), o tenemos el cerebro atrofiado, porque lo que es muy cierto es que cada vez entendemos menos lo que pasa en nuestro país. Podemos asegurarles que ponemos buena voluntad, pero no hay manera. Eso de año nuevo vida nueva, se ha quedado totalmente obsoleto, ahora es día nuevo sorpresa nueva.
Parece ser que un ministro ha afirmado recientemente, hablando de una posible amnistía que “no creo que sea ningún disparate”, añadiendo que su aprobación puede “ahorrar trabajo a la justicia”. ¿En alguna cabeza sensata cabe eso? Es importante ahorrarle trabajo a la justicia, y a quien sea, pero indudablemente la citada tiene prioridad. De lo contrario, para solucionar el problema proponemos que, de nadie, cualquiera que sea el presunto delito que ha realizado, se ocupe la justicia, esperando que al menos jueces y magistrados nos agradezcan unas vacaciones permanentes pagadas.
Total, como otro alto cargo ya ha asegurado que el gobierno “está abierto a indultar a los que queden fuera de la amnistía”, ¿para que andarse con recovecos? Todo el mundo tranquilamente a la calle y se acabó.
Ya no nos extrañan estas posturas. También recientemente otra alta carga, copiando de “cum fraude” ha cambiado de opinión, pasando afirmar que “la amnistía está prohibida en nuestra Constitución”, a últimamente defender la constitucionalidad de la misma.
Tratando de meter cizalla, lo reconocemos, planteamos una pregunta sencilla. Si personajes que han hecho lo que han hecho contra España, y afirman que lo repetirán en cuanto puedan, se van a ir de rositas, lo lógico es que todo imputado, por el delito que sea, también se vaya. Si la justicia es igual para todos, para que lo sea, pues igual trato a todos. Entendemos que es elemental.
Un partido político registró en el Congreso, hace tan solo unos días, un escrito de veintiocho páginas, que recoge posibles irregularidades de su Presidenta, cuidado la tercera autoridad del Estado. ¿Qué va a pasar?, ¿alguien dará alguna explicación? Suponemos que nada, y tampoco lo entendemos. Estimamos que los ciudadanos deberíamos estar bien informados de algo así, para exigir responsabilidades a quien corresponda, ya diga verdades o mentiras.
Mientras tanto cada uno a lo suyo y tonto el último. Así, suponemos que estarán contentos los treinta y cinco políticos, indudablemente afines al que manda y ordena, que han ocupado puestos similares a de directores generales, que según la ley están reservados a funcionarios de carrera del subgrupo A1. La disculpa, según parece, es que no hay funcionarios idóneos. Increíble. Nos atrevemos a sugerir que en vez de gastar el dineral que destinan a chorradas, lo empleen en formar funcionarios.
Lo que no podemos entender es como pudo suceder el asesinato de los guardias civiles, si asesinato, no defunción. Menos aún que nuestro flamante “cum fraude” no se dignó acudir a los funerales. Suponemos que tuvo miedo de que le dijesen unas cuantas verdades. Sin embargo, sí tuvo tiempo para ir a los premios cinematográficos, a que una que hacía de presentadora, grosera y todo un ejemplo de chabacanería, lo adulase.
Pues así estamos conciudadanos, cada día entendemos menos lo que pasa en nuestro país, pero no nos preocupemos; velando por nuestra felicidad nuestros inigualables y sacrificados dirigentes hacen todo lo posible por mantenernos en la inopia, para que no nos preocupemos de nada. y vivamos tranquilos. También es cierto que así no les molestamos con nuestras descabelladas, en su opinión, ocurrencias. Tienen más cosas que hacer que aguantarnos.
