Seamos conscientes de lo que pasa en nuestro país y no aceptemos “comulgar con ruedas de molino” como pretenden “cum fraude” y su tribu.
Que no nos engañen, porque se mire por donde se mire, esto no hay por dónde cogerlo. Tenemos la impresión, y apostaríamos a que estamos en lo cierto, que nuestro simulacro de gobierno está aplicando parcialmente el lema de los tres mosqueteros. La primera parte “todos para uno” sí, pero parece desconocer la segunda, “uno para todos”.
Nos explicamos. Un día sí y otro también, nos sorprenden con ocurrencias que nos dejan boquiabiertos, anonadados; parece que entre ellos están compitiendo en un “y yo más” ante nosotros. Naturalmente, ya estamos acostumbrados, los destinatarios de sus acciones somos los ciudadanos de a pie, los que debemos guiarnos por el todos para uno, es decir, todos al capricho de uno y para salvar a uno. El que no lo haga es un mal ciudadano, un desagradecido que no sabe apreciar los esfuerzos. ¿Se imaginan quien es ese uno?
Lo grave del tema es que no hay un uno para todos, tan solo hay un uno para él mismo. Al que le guste bien, y al que no, que aguante. ¿Nunca ha pensado esta persona que pasará si nos hartamos de aguantar?
El secretario general de la ONU ha advertido recientemente de que nuestro mundo, a nivel global, por lo que incluye a nuestro país, “está entrando en la era del caos”, en la que rige “una peligrosa e implacable ley de la selva”. Nuestros dirigentes siguen a lo suyo, nunca mejor dicho; practican un viejo dicho medieval “vengan ollas y pasen días”
En ciertos casos parece que tenemos dirigiéndonos a unos malabaristas, con esta mano te lo doy y con la otra te lo quito. Pregonaron la rebaja de retenciones en el IRPF, pero resulta que los ciudadanos que tengan rentas entre vientres mil y treinta y dos mil quinientos euros pagarán hasta mil euros más en la próxima declaración de la renta, como consecuencia de la citada rebaja. Es decir, el beneficio que te doy por un lado te lo quito por otro. ¡No está mal!
Del problema de la agricultura vale más no hablar: Dejando a un lado los problemas de nuestros trabajadores del campo motivados por la sequía, la falta de regadíos, etc., se encuentran con que la normativa comunitaria exige a sus productos ciertas garantías sanitarias que no pide a los africanos.
Cada día hay más comentarios en torno al posible apoyo de Rusia al separatismo catalán. No lo entendemos la alarma. ¿Nuestros dirigentes se enteran ahora o no les ha convenido enterarse antes’ Tenemos la duda razonable. La razón es muy sencilla. El 10 de octubre de 2017, nosotros, simples ciudadanos de a pie, publicamos en este periódico, un artículo denominado “Reclamo al Estado” en el que advertíamos de la posible ayuda de Rusia a una Cataluña independiente, dando las razones, que son muy simples. Primero perjudicaba a España, aliada de USA; segunda se le abría un magnífico mercado; tercera podría tener envidiables bases navales en el Mediterráneo. En definitiva, una jugada maestra. Conclusión, un ciudadano de tantos, ve por simple lógica y pensando un poco, el peligro. Al mismo tiempo nuestros ocupados gobernantes ni lo huelen, y cuando se enteran del mismo, se asombran y alarman.
La explicación que se nos ocurre es que nuestro inigualable jefe temporal, deseamos que por poco tiempo, solo está pendiente de todos para él, de ser la cabeza que nos guie al más vergonzoso desastre de nuestra historia reciente. Así se asegura el pasar a la misma como tanto anhela.
Nos toca a nosotros decidir, ya está bien de ser todos para uno, invirtamos la situación, pero apresurémonos, el tiempo pasa y no vuelve.
