Quizás todos los problemas que tenemos en España sean culpa nuestra, de los ciudadanos. Apostamos a que “cum fraude” opina así.

Veamos, tenemos un simulacro de gobierno que teóricamente se desvive por nosotros, sin distinción alguna y sin embargo, no lo comprendemos.

En esta situación es lógico que nuestro inigualable dirigente se sienta incomprendido, por eso no hace caso de lo que el pueblo le pide. No entendemos todo lo que está trabajando desinteresadamente por nosotros, y lo único que hacemos es protestar. Así nos va.

Somos unos ingratos pues deberíamos aplaudir todas sus medidas y conformarnos con lo que nos da. Entendamos que somos el pueblo llano, y es lógico que sus enchufados y amiguetes vivan mucho mejor que nosotros, el resto del pueblo.

Es lógico y debemos agradecerle que, para no preocuparnos, guarde absoluto secreto de sus conversaciones con los traidores a la Patria, hablando más propiamente, de su rendición ante ellos.

Por desgracia para él, se enfrenta a todo tipo de críticas injustas. Por ejemplo, las aparecidas en muchos medios de prensa, cuando hace unos días, en el Congreso, delante de la primera, tercera y cuarta autoridad del Estado, se ajustó tranquilamente los pantalones. No hay que tomárselo como una falta de respeto ni tan siquiera de educación. Comprendamos que tan atareado está trabajando para nosotros que no tiene ni tiempo para vestirse correctamente en el palacio que le pagamos todos.

Que esté muy ocupado no lo dudamos. Reuniones, ceremonias, conferencias, viajes, estudio de proyectos legislativos, recepción a autoridades extranjeras que nos visitan, etc. ¿De dónde saca el tiempo? Además, ahora publica su, teóricamente, segundo libro. Incluimos el calificativo porque se ha filtrado quien lo ha escrito, al igual que el anterior, es una ex secretaria de Estado. En cualquier caso, suponemos que él le habrá dado las ideas, y eso lleva su tiempo, si no se quiere que lo que plasmen por escrito sean tonterías, aunque creemos que con tal de figurar le da igual.

Tanto que se sacrifica por nosotros y que poco se lo agradecemos. Lo único que hacemos es demostrar que no estamos a la altura de su nivel intelectual.

Nuestro único consuelo, aunque ya sabemos que “mal de mucho consuelo de tontos”, es que no somos los únicos que no lo comprendemos, y así ocurre que con frecuencia lo ignoran.

Por ejemplo, el presidente francés ha convocado una cena de trabajo en el Elíseo, invitando a varios dirigentes europeos, menos a “cum fraude”, pesar de ser presidente en funciones de la Unión Europea.

Sin embargo, lo anterior le viene bien, pues así tendrá algo de tiempo para encontrar el disfraz adecuado a otra pretensión independentista, consistente en la aprobación urgente de un decreto cuyo objetivo es presionar a las empresas que abandonaron la comunidad catalana durante la revuelta independentista, para que vuelvan a la misma.

Nos intriga que una de las medidas que, al perecer, tiene previstas es suprimir el departamento de “Unidad para la Igualdad y las Libertades” y crear otro bajo de nombre de “Discurso y Mensaje “¿Qué pretende? Suponemos que lavarnos la cabeza con sus rollos y su propaganda.

En vez de eso, debería dar información real a los ciudadanos de todo lo que trama; cada día aumentan las preguntas que hacen organismos acreditados sobre diversos asuntos que tienen, por ley, perfecto derecho a conocer, y lo que obtienen es la callada por respuesta.

Spread the love