Pasar a la historia es difícil, pues muchas personas lo intentan, y pocas lo consiguen. Quizás esté inscrito en nuestro ADN el hacer lo posible para que generaciones futuras nos recuerden, que sepan que hemos existido.
Hemos de reconocer también que posiblemente las más y mejores recordadas, son a las que menos les ha preocupado tal posibilidad. Se han dedicado a vivir honestamente haciendo lo que mejor sabían o lo que más les gustaba, sin buscar premios o reconocimientos, y precisamente por la calidad de su conducta o la valía de sus hechos la historia no los olvida.
También hay otras que lo han conseguido por sus actuaciones totalmente terroríficas con respecto a la humanidad, aunque muchas de estas dijesen que actuaban por el bien de la misma, e incluso algunas hasta se lo creyesen sinceramente de verdad.
Examinando lo que pasa en nuestro país, nos encontramos con que el actual mandamás, que posiblemente lo seguirá siendo durante otros años está obsesionado con pasar a la historia.
Hace algún tiempo ya dijo muy orgulloso “una de las cosas por las que pasaré a la historia es por haber exhumado al dictador”. Si por haber trasladado un cadáver de un lugar a otro, sin que nadie pudiese opinar y mucho menos protestar, se siente realizado y digno de admiración, ¡Dios nos ampare!
Estamos en un momento clave para nuestra supervivencia, no solo ya como nación, sino también como sociedad. En esta situación, “cum fraude” haciendo gala de lo que nos tiene acostumbrados, no dar la cara, trata de marearnos con ahora digo esto, mañana lo contrario, pasado quien sabe, porque no es que les mienta, es que cambia de opinión.
Los españoles estamos pendientes con lo que va a pasar con los traidores golpistas separatistas, y “cum fraude” nos mantiene en la incógnita. Posiblemente esté esperando un momento que considere oportuno para él, claro está, para decirnos lo que ha decidido. Como es de esperar nos lo presentará como la mejor opción posible para España, que el impone, nunca mejor dicho, por el bien nacional.
Por de pronto parece ser que ya ha dicho que la amnistía “es una forma de superar las consecuencias judiciales” de la crisis de hace seis años. Si es cierto, ¿nos cree tontos o nos quiere tomar el pelo? Una cosa es una crisis política, que ha habido y habrá en muchas naciones, y otra muy distinta un intento de golpe de estado y de destruir la nación. Los que lo intentaron ya eran mayorcitos, sabían muy bien las posibles consecuencias de sus actos, pues que aguanten con ellas.
El problema que va a tener, y esperemos que sea gordo, es que la mayor parte de los ciudadanos no aceptaremos la amnistía, como solución al envite separatista. Nosotros, en las circunstancias en que ocurrirá lo llamamos traición, consideramos que es una venta de la Patria, a cambio de permanecer en el poder.
No se equivoque “cum fraude”, el pueblo aguantará más o menos, pero no traga. Prueba de ello es que circulan por las redes comentarios acerca de lo estipula el artículo octavo de nuestra Constitución.
En un país, si es democrático, debe imperar la justicia, igual para todos, no dependiendo de las conveniencias del que manda En consecuencia si a otros se les ocurre montar una rebelión, y les sale mal, por un mínimo sentido de igualdad habrá que indultarlos. En otras palabras, caminamos a la destrucción de la nación y de la sociedad.
Puede estar orgulloso “cum fraude” pues él ya ha pasado a la historia, si ha pasado como el peor dirigente habido en España, incluido el nefasto “rey felón”, que ya es decir. Seguro que estará contento.
