Suponemos que todos habrán oído alguna vez eso de “vísteme despacio que tengo prisa”. De lo que no tenemos dudas es de que nuestros políticos no solo lo conocen, sino que lo practican.

Estando nuestro país en una situación no muy halagüeña en todos los sentidos, nuestros padres de la Patria se toman las cosas con mucha tranquilidad. Cualquiera diría que no va con ellos el tema, aunque quizás sea esta la razón de su comportamiento. España no va con ellos, lo que si les va es conseguir el poder sea como sea.

Nuestro país necesita tener, canto antes, un gobierno estable, con la suficiente autoridad moral para acometer todas las reformas que necesita, pero nos encontramos que el “vísteme despacio” es la antítesis del “cuanto antes”.

Así estamos, los días pasan y no se vislumbra quienes nos van a mandar. Pueden ser unos, pueden ser otros, la moneda está en el aire, y los ciudadanos, como de costumbre esperando.

Aunque solo fuese por un mínimo respeto que nos deben tener, puesto que no somos sus lacayos, aunque algunos actúan como si lo fuésemos, debían llegar cuanto antes, a la configuración de un gobierno, pues nos va en ello nuestro futuro, y todos tenemos derecho a hacer nuestra previsiones y planes, que dependen en gran medida de cuál será el citado.

No obstante, lo que se conoce no es muy alentador. “Cum fraude” no ha interrumpido sus sagradas vacaciones, no se ha molestado en ir a recoger su acta de diputado y ha mandado a una persona. Le damos las gracias por su ejemplo de molestarse por el país. Solo podemos considerarlo como una muestra de lo mucho que le importamos.

En vez de hacer lo que tienen que hacer, se entretienen, y tratan de desviar nuestra atención, con declaraciones que no vienen a cuento, y que demuestran que “solo ven la paja en el ojo ajeno”. Así un destacado miembro del partido hasta ahora en el gobierno, no tiene mejor ocurrencia de acusar al que ha ganado las elecciones de que les importa poco lo que firman y el precio que pagan por estar en el poder”. Desde luego demuestra que tiene morro que se lo pisa, pues es el menos indicado de acusar a otros de lo que hacen ellos todos los días.

Acusa a los partidos de derechas de importarles poco lo que hacen “porque son nuestros derechos y libertades las que se recortarán”. Si hacemos un análisis de los acontecimientos de los últimos tiempos nos quedamos perplejos, pues ha sido el gobierno que ahora acaba el que más lo ha hecho. Disculpas múltiples, que si la pandemia, que si las buenas relaciones con nuestro vecino norteafricano, que si nuestro sentido humanitario, etc. Pueden elegir.

Y como son los buenos, la fiscalía del Tribual Constitucional va a recurrir la inadmisión del recurso de amparo que un traidor presentó contra la orden de detención dictada en su contra por el Tribunal Supremo. No es de extrañar porque ¿de quién depende la fiscalía?

No tienen prisa, pues tienen asuntos pendientes de negociar por su propio bien, pero presentándolo como un favor a los ciudadanos. Por ejemplo, la presidencia del Congreso, aunque sea para dársela a una separatista. Pero no nos extrañemos, un partido de esa ideología pide a “cum fraude” nada menos que controlar la Comisión Constitucional a cambio de su apoyo, y según parece este último está estudiando la propuesta.

En resumidas cuentas, despacito y disimuladamente, están tratando de sentar las bases para que nuestra nación deje de existir como tal, pasando a ser un satélite de uno de esos foros que últimamente proliferan.

Spread the love