Un día sí y otro también, nuestros inaguantables líderes tratan de convencernos de que son los mejores. Seguramente pensarán que con tanto machacar el tema acabaremos creyéndonoslo, pero nosotros nos atrevemos a contradecirles y les aseguramos que cada vez hay más ciudadanos que opinan muy distinto, que nuestro país se hunde cada vez más en la miseria, y en consecuencia están hartos de ellos, deseando que desaparezcan y nos dejen tranquilos. Ya que nos han arruinado, les pedimos que al menos nos dejen vivir a nuestro aire, en nuestra pobreza, y no traten de comernos el coco con cuentos que no se creen ni ellos.

Mientras que nuestra patria hace aguas por todos los lados, nuestros dirigentes siguen actuando como si viviesen en un mundo distinto. Todo es darse la buena vida, y tonto el último.

El debate parlamentario sobre los presupuestos creemos que es uno de los más importantes, si no el más importante para la nación. Pues bien “cum fraude” no aparece y escasos ministros se dignan estar en su poltrona. ¿Para qué? Los términos del mismo no se establecen en base a las necesidades de la nación, sino en un regateo de mercadillo pueblerino con etarras y secesionistas. Si se miran a un espejo y son sinceros, reconocerán que sus tejemanejes parecen una pelea de gallos.

Como son los mejores tienen el poco tacto de actuar a la brava, aunque cualquiera con dos dedos de frente les vea el plumero. El Jefe del Estado tiene programado un acto importante en una ciudad castellana, y el del nefasto gobierno se saca de la manga otro acto el mismo día y a la misma hora en una ciudad cercana a la primera. Quizás seamos mal pensados, pero creemos que el único fin era ensombrecer el de la primera institución del Estado. ¿Lo logró? Opinamos que no, que simplemente quedó en evidencia, cosa que a su narcisismo no le importa con tal de que hablen de él. Así se considera el mejor.

Se marcha de tournée por África con un séquito mastodóntico para una visita de día y medio. Parece ser que quería fortalecer las alianzas con el país visitado y conseguir posibilidades de negocios a nuestras empresas, por lo que nos extraña que tan solo muy poco más del dieciséis por cien de sus acompañantes eran empresarios. Lo curioso es que lo acompañó su señora, a pesar de que al parecer desde La Moncloa han aclarado que al no haber sido elegida por el pueblo, no es representante oficial. Todo ello nos induce a pensar que en el fondo fue un viaje de placer. Por cierto que durante un discurso protagonizó una metedura de pata, y no es la primera en situaciones similares. Que las cometa el presidente yanqui, que dada su edad creemos que a veces chochea, se entiende, pero en él es imperdonable. De todos modos habrá quedado contento, se ha lucido por el mundo. Le sugerimos que en el próximo viaje lleve una banda de música, para que haga el teatro, a su mayor gloria, de recibirle y despedirle.

El considerarse los mejores incluye lógicamente, el considerarse los más buenos. Es posible que en el querer rebajar el delito de sedición a poco más que una coña marinera, influya no solo el querer contentar a los separatistas, sino también poder proclamar a los cuatro vientos, somos los más buenos.

Como son los mejores y más buenos, no es de extrañar que se auto premien, a costa de los ciudadanos, remodelando el Palacio de la Moncloa y diversos inmuebles oficiales  Los gastos que todo ello supondrá añadidos a los suministros para los mismos, se los tienen bien merecidos.

No se auto engañen, no son los mejores, sino los peores; no son buenos sino unos aprovechados. La suerte que tienen es que el pueblo español tiene tanta paciencia que lo hace el mejor, y ustedes no se lo merecen.

Spread the love