Repasando la historia nos encontramos con diversos personajes que han sido adulados en vida, pero despreciados a su muerte. ¿Por qué? Quizás la razón estriba en que hábilmente, eso hay que reconocerlo, supieron rodearse de personas que prácticamente les debían todo lo que eran. Lógicamente como llegaron, se mantenían y lograron unos beneficios, en todos los órdenes, que nunca imaginaron, las citadas apoyaban que se mantuviese para conservar sus prebendas. Ahora bien, como “muerto el perro se acabó la rabia”, desaparecido el personaje es frecuente que sus antes aduladores se conviertan en sus mayores críticos, para así desligarse de las tropelías que haya cometido el citado con su ayuda.

Posiblemente uno de los ejemplos más característico de lo dicho es el Rey Sol francés, aquel que se vanagloriaba de que “el Estado soy yo”.

En la España actual tenemos, para nuestra desgracia, una persona que creemos que está haciendo todo lo posible para pasar a la historia en el grupo comentado. En primer lugar es un advenedizo, en el sentido definido por la Academia Española: “persona recién llegada a un lugar, una posición o una actividad con pretensiones desmedidas”. En segundo lugar parece que está en las tinieblas, que la citada academia aplica a la “suma ignorancia y confusión, por falta de conocimientos” y a “la oscuridad, falta de luz en lo abstracto o en lo moral”

La persona a quien nos referimos está haciendo todo lo posible para pasar a la historia como “el advenedizo tinieblas”. Si tienen alguna duda respecto de quien estamos hablando, se lo aclaramos,  del inefable “cum fraude”, indudable ejemplo de cómo no se debe gobernar un país.

Un gobernante debe decir siempre la verdad, no comprometerse a lo que sabe que no podrá cumplir (no sumarse al carro de que “prometer y no dar a los tontos hace alegrar”), tener un proyecto claro y definido de lo que va a hacer. Si comete algún error, cosa muy humana, reconocerlo y no “echar balones fuera” agarrándose a lo primero que se le ocurra. Tener muy presente que el dinero público es de todos, no como dijo hace años una persona que luego tuvo de ministra “el dinero público no es de nadie”, por lo que debe ser muy avaro con el mismo, y solo gastarlo en aquello que vaya realmente en beneficio de la sociedad. Como es una clara referencia de su país en el exterior, debe evitar actuaciones en el mismo si aplicando el sentido común puede prever que, por el motivo que sea, lo van a ningunear. Tiene que dar ejemplo en todo, no pedirles a los ciudadanos que se aprieten el cinturón, mientras mantiene sus privilegios y un alto tren de vida a costa de los mismos.

De esas maneras de comportarse que creemos que debe cumplir todo mandatario público (hay bastantes más), ¿cuántas creen que asume “cum fraude”?. Mentir ha mentido y nos miente en cuanto le conviene. Da razones inverosímiles para tratar de justificar sus fracasos; el motivo de nuestras penurias es la guerra de Ucrania, aunque hacía ya bastante tiempo que íbamos de mal en peor; para nuestra mala suerte ha ayudado al desastre un aire cargado de arena del desierto. Como contraprestación a su jugada con Marruecos, aumentan los inmigrantes ilegales que se cuelan. No seguimos pues los ejemplos son interminables.

Advertimos al advenedizo tinieblas que se va a llevar un desengaño. Cuando salte de su puesto, deseamos que lo más pronto posible, los mismos que ahora lo adulan y apoyan (por conveniencia claro está), seguramente serán los primeros en “dejarlo en la estacada”. No solo se desentenderán de todo lo que hizo, aunque hayan colaborado en ello,  sino que, como ocurre con frecuencia, se convertirán en sus mayores detractores.

Estás avisado, por tu bien, aprende de la historia advenedizo tinieblas.

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