Hace unos días, un diputado autonómico andaluz dijo en su Parlamento “voy a serles sincero, estoy hasta los cojones de todos nosotros”. Después recordó que esa frase era del primer presidente de la I República Española y que consta en el diario de sesiones. A continuación añadió “hoy siento vergüenza de pertenecer a la clase política, hoy nos damos vergüenza, siento vergüenza de todos nosotros”. Acabó diciendo “estamos cerca de los cien mil muertos en España, y estamos hablando de mociones de censura, de elecciones, de conchabeos, de votos, ¡damos vergüenza! Yo el primero y el partido al que represento. No podemos seguir así, damos vergüenza. No se merecen esto los andaluces ni los españoles”.
¿Qué podemos decir los ciudadanos? Que sin lugar a dudas tiene toda la razón. Inmersos como estamos en una crisis sanitaria, social y económica, de muy notables proporciones, la mayor parte de nuestros políticos, salvo honrosas excepciones, están a lo suyo, que sencillamente es conseguir por cualquier medio el poder o al menos una parte del mismo, ponerles todas las zancadillas posibles a los demás, etc. Si sus actuaciones perjudican a la población da igual, el caso es conseguir sus objetivos particulares. Y perjudicar, perjudican mucho.
Tal como está el país, deberían aunar sus esfuerzos para salir cuanto antes de la situación caótica en que nos encontramos. Sin embargo nos están demostrando que ante todo es resolver los problemas que tienen entre ellos, y que son maestros en las puñaladas traperas.
La chispa saltó en la comunidad murciana, donde un partido del cogobierno se alió con otro para presentar una doble moción de censura, en la región y en la capital. No está mal, teniendo en cuenta que un partido se coligaba a otro para presentar la moción en definitiva a sí mismo. Para colmo del esperpento, tres parlamentarios del partido traidor dan marcha atrás y anuncian que apoyarán al cogobierno, con lo que la moción se esfuma. ¿Están jugando con nosotros? Opinen.
La presidenta de la comunidad madrileña, oliéndose lo que se avecinaba, y tuvo buen olfato, convocó elecciones e inmediatamente los colorados y los de la marca morada de la zona, presentaron una moción de censura. En primer lugar ya han creado un problema jurídico, derivado de que tiene prioridad, aunque la mayor parte de los juristas apuntan a la convocatoria; en cualquier caso se han abierto un camino para marear con recursos. En segundo lugar estimamos que un gobierno salido de unas elecciones es mucho más democrático, que el resultado de un apaño entre partidos. El jefe morado ha repetido últimamente en varias ocasiones que nuestro país tiene carencias democráticas; desde luego tiene razón, pero debería de enterarse de lo que significa la palabra democracia, pues no la practica ni en su propio partido, lo que, en el mejor de los casos denota ignorancia.
Como “no hay dos sin tres”, los colorados ya anuncian la intención de presentar también una moción de censura en la comunidad castellano leonesa, a lo cual rápidamente se han adherido los morados.
Mientras ocurre todo lo anterior, el Servicio Público de Empelo Estatal ha sufrido un ataque informático que lo ha paralizado unos días y que retrasará su normal funcionamiento. Quien se vea afectado, que se aguante. Ninguno de nuestros grandes políticos ha hecho el menor comentario sobre el tema.
Por todo esto le damos la razón a ese parlamentario andaluz, que al menos a tenido la decencia de reconocer la verdad, respecto de la opinión que tenemos infinidad de los españoles sobre la mayoría de nuestros políticos.
¿Se habrá enterado “cum fraude” de lo que comentamos? Seguramente no, pues debe estar muy ocupado en preparar sus vacaciones de Semana Santa, que le pagaremos todos los ciudadanos.
